Se presentaba un dia completito... y nublado!!!
Nos despertamos pronto y salimos del hotel hacia la zona de Stroget. Teníamos que desayunar y el día anterior habíamos visto una panadería con un escaparate que no nos podía dejar indiferentes. Por supuesto se compraron algunos bollitos y uno de proporciones ingentes.
Fuimos paseando tranquilamente hasta el palacio de Rosemborg, que se puede visitar y es como un pequeño palacio de cuento de hadas. No entramos al palacio porque luego ibamos a ir al de Frederiksborg, que es bastante más grande, pero hicimos cola para coger los tickets para ver las joyas de la corona danesa (es necesario el ticket aunque nos salía gratis con la Copenhagen Card). Las joyas son bonitas, pero me gustó más la zona donde tienen puesto las armas, vajillas, figuritas, etc.
Del palacio salimos rumbo a Christianshavn para lo cual la idea era coger un metro, pero la verdad es que ibamos un poco empanados y cogimos un tren que nos llevó a la Central Station. De allí cogimos un bus, en dirección contraria porque nuevamente nos equivocamos. Pero supimos rectificar y fuimos en él hasta la parada de un metro que llevaba directo. El metro es un espectáculo, no tiene conductor y los túneles están bastante iluminados se ve todo.
Ya en la zona de Christianshavn nos hicimos fotos en los canales, que son muy bonitos. Fuimos hasta la iglesia y cogimos los tickets de la torre, que se pillan una vez que has empezado a subir. No hay ascensor que valga y algunos tramos son difíciles para según qué personas. En la cumbre sólo cabe una persona por lo que la gente sube de uno en uno y tranquilamente.
A la salida de la iglesia pirindolo (así la identifico yo) retornamos en bus hasta la estación central y cogimos un tren (gratis con la Copenhagen Card) a Hillerod, que es donde se encuentra el castillo de Frederiksborg (Frederiksborg Slot). El tren tarda unos 50 minutos en llegar así que se puede aprovechar para descansar. Me resultó curioso ver que en los trenes tienen una zona "Quiet Zone" en la que no se puede hablar por el móvil,... donde reina una paz total. Otra cosa curiosa es que hay dispositivos listos en el vagón para anclar las bicicletas, que suben constantemente.
A la llegada a Hillerod fuimos andando hasta el castillo aprovechando que seguía sin llover y a pesar de que hay autobuses. La ruta atraviesa la zona comercial del pueblo hasta llegar al castillo.
Entramos y visitamos las salas, en las que pudimos ver cantidad de mobiliario, retratos, escudos de armas, lámparas de época... es muy bonito. Los jardines de alrededor también merecen la pena pero ya ibamos sin tiempo porque queríamos llegar a Copenhague y coger el paseo guiado en barca en español. Por ello desandubimos el camino tranquilamente y volvimos a coger el tren.
Del paseo en barca que se coge en el Nyhavn no diré mucho. Recorre los canales principales explicando cosas curiosas como la altura de algunos puentes, la función de algunos edificios,etc. Dura casi 1h así que es otro buen momento para descansar.
Y por último, que el cansancio se iba acumulando, decidimos entrar al Tivoli ya que seguía sin llover y cenar dentro. El Tivoli es espectacular, no por las atracciones, que se pueden encontrar en muchos parques, sino por la decoración, los escenarios, los jardines. Es imprescindible visitarlo si se va a Copenhague!!!
La cena finalmente consistió en una hamburguesa después de ver la cantidad de gente que había y los precios. Nosotros por 76 DKK nos pillamos una buena hamburguesa, patatas y bebida. Nos dimos cuenta de que hay máquinas que te dan 5 DKK si devuelves los vasos así que es mejor no tirarlos. Hay gente que estaba recorriendo todas las papeleras del parque buscando los vasos para sacarse un dinerillo. Aporto un plano del parque por si es de interés.
Las fotillos:
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