miércoles, 31 de agosto de 2011

Dia 5, Skagen - Goteborg

Llegó el día en el que cambiamos de país. El planing era pasar la mañana en Dinamarca visitando la punta más al norte, donde se cruzan el Báltico y el mar del Norte, y bajar hasta Frederikshavn, desde donde cogeríamos el ferry a Suecia.

Lo primero que hicimos fue desayunar a base de un bollito que compramos en una tienda del camping y a base de las rosquillas que habíamos comprado en el Gamle By. Una vez tuvimos todo recogido nos fuimos rumbo a Grenen, que está en la punta. Disfrutamos mucho del paseo desde el centro de visitantes hasta la punta (unos 20 minutos). Yo me atreví a descalzarme e ir por el agua. La zona es muy bonita pero no es apta para el baño porque hay fuertes corrientes. En la punta se ve como las olas vienen de ambos lados y chocan al cruzarse, es muy bonito.

Después de unas cuantas fotos y de volver a calzarnos, fuimos hasta un faro cercano donde nos hicimos fotos con el mástil y la bandera danesa.

De camino a Frederikshavn fuimos buscando una gasolinera en la que repostar. Habíamos visto una baratilla el día anterior pero ya la habían subido. Encontramos otra cerca de l ferry y reposté 500 DKK. No me dió para llenar el depósito pero casi.

Nos fuimos a la taquilla del ferry de StenaLine, que salia a las 14:30 y llegaba a Gotebrog a las 17:55. Nos costó 1419 DKK los 4 más el vehículo. Tuvimos nuevamente que enseñar nuestros DNI al volver a cambiar de país. Nos dieron el primer puesto en la fila 13, a la que nos dirigimos y esperamos a que nos dieran paso.

Una vez aparcado el coche en el ferry, subimos a comer. Nos decidimos por un buffet que costó 144.76 DKK (19,72€ ó 175 SEK). Nos pusimos ciegos a comer aunque después de probar de todo me quedaría con unas albóndigas con salsa y puré, y una tarta de limón excelente!!!

Del salón donde se comía paseamos hasta la tienda del barco, al más puro estilo de las tiendas de los aeropuertos. Se hicieron algunas compras y subimos a la cubierta a disfrutar de algunos rayos de sol.

Llegamos puntualmente y sin sorpresas a Goteborg y fuimos al hotel. El Hotel Kunsten estaba muy cerca del puerto donde desembarcamos así que no tardamos. Subimos Alfonso y yo y nos dieron las instrucciones para entrar al parking (gratis) y a la habitación. Dejamos las cosas en el cuarto y volvimos a coger el coche para dar una vuelta por la ciudad. Me sorprendió que el mecanismo para abrir la puerta de salida del parking fuera una cadena similar a la de una cisterna, sobre todo cuando para subir en el ascensor, abrir la puerta del parking,... se empleaba una llave magnética por proximidad!!!

Aparcamos en Goteborg y tuvimos que pagar con tarjeta porque no teníamos monedas. Nos costó 70 SEK aparcar desde las 19:07 hasta las 21:55 (la zona está vigente hasta las 22). Paseamos hasta la noria del puerto, que nos costó unos 95 SEK y nos dieron unas cuantas vueltas. Desde la noria Göteborgshjulet, se puede ver toda la ciudad y el puerto.

De la noria paseamos por la zona del Avenyn, la avenida principal de la ciudad donde están las tiendas y los restaurantes. No cenamos porque después de la panzada de la comida no podíamos más, así que después de un paseo por la ciudad nos fuimos nuevamente al hotel a descansar.

Las imágenes:
















martes, 30 de agosto de 2011

Dia 4, Arhus - Aalborg - Skagen

Nos levantamos a una hora prudente para hacer el check-out y dar una vuelta por Arhus, ya que el día anterior no habíamos visto nada. Lo primero que vimos fue la catedral que estaba al lado del hotel y el teatro de la opera también al lado. Tanto la catedral como el teatro me parecieron es muy sobrios.

Una vez vistos los alrededores del hotel nos dirigimos al pueblo viviente "Den Gamle By". La entrada cuesta 125 DKK cada uno y merece la pena. Se trata de una reproducción de construcciones danesas clásicas donde se puede ver a la gente de época, cómo vivían, sus oficios, etc. Dentro del pueblo hay una parada obligatoria en la panadería donde venden rosquillas, bollitos, etc, que fue nuestro desayuno. Las rosquillas están deliciosas así que no nos bastó con una visita, sino que fuimos una segunda para tener provisiones el resto del viaje. Cuelgo un mapa del parque, que aunque parece pequeño, como se puede entrar en todas las casas da mucho juego.

Cuando acabamos decidimos pasarnos por Aalborg. Hicimos una primera parada para ver una especie de castillo (a cualquier cosa le llaman castillo) que hay frente al puerto y que alberga oficinas municipales. De ahí nos fuimos al Garrison (Forsvars-og Garnisons), un museo militar instalado en una antigua base alemana construida durante la ocupación de Dinamarca en la segunda Guerra Mundial. En el museo, que cuesta 50 DKK, se pueden ver (y tocar) multitud de vehiculos, aviones, trajes,... Me lo pasé como un enano montándome en los tanques, tocando los aviones, los cañones, la típica motocicleta con sidecar de la segunda Guerra Mundial que aparece en todas las películas, etc.

Del Garrison fuimos a visitar las ruinas de un cementerio vikingo. No nos resultó fácil encontrarlas ya que aunque está bien indicado, lo que es propiamente el cementerio está en una zona separada del museo y hay que subir una colina que está a la izquierda del parking. No podíamos preguntar porque ya habían cerrado el museo así que lo encontramos por casualidad cuando ya nos volvíamos al coche. Los restos de las tumbas dicen que tienen forma de barco vikingo. Está curioso pero se puede pasar sin ir en caso de tener una agenda apretada.

Sin más que ver decidimos ir a la cabaña del camping que teníamos reservada. Me encantan las cabañitas de los campings. Son muy acojedoras y baratas y hasta ahora nuestras experiencias, tanto en Noruega, como en Dinamarca y en Suecia (en este caso un poco peor) no han sido malas. El camping era el Råbjerg Mile Camping en Skagen y está fenomenal.

Dejamos todo el equipo y fuimos a ver un mar de dunas (sí, dunas en Dinamarca) que hay muy cerca. Es espectacular. Lo que más me impresionó fue el silencio. Tras dar una vuelta por las dunas fuimos a ver la iglesia enterrada, que es una atracción de la zona y que realmente me dejó decepcionado porque de "enterrada" no tiene nada.

Por último, fuimos a Skagen a cenar. Elegimos un italiano, regentado por italianos donde comimos muy bien y barato, por 471DKK. El postre, a base de tarrinas de helado, lo tomamos en una heladería cercana. La tarrina de dos bolas nos salió por 30DKK y la de una por 25DKK. Era curioso porque empezó a llover de forma ligera y allí estábamos los 4 tomándo un helado, sentados, mojándonos un poquito.

Decidimos ir a la cabaña, darnos una duchita y prepararnos para afrontar el último día en Dinamarca!

Y ahora las fotos:








Imagen de Aalborg

El castillo...
















Iglesia enterrada


lunes, 29 de agosto de 2011

Dia 3, Copenhague - Roskilde - Mon Klint - Arhus

Tocamos diana pronto, a las 8 estabamos listos en la puerta de las habitaciones para hacer el check-out del primer hotel y poner rumbo a la estación central donde nos hicieron un descuento en la compra de los billetes al considerarnos grupo. Cada billete nos salió por 128 DKK.Por eso es mejor comprar los billetes en ventanilla y no en los puestos automáticos. Nos pidió los carnets (o pasaportes) ya que cruzábamos a otro país.

El viaje en tren duró cerca de 40 minutos. Pasamos por el puente de Oresund por la zona de abajo desde la que se aprecian los molinos de viento que hay en el agua y se ve crecer poco a poco la ciudad de Malmö en Suecia. Lo más llamativo de esta ciudad es el edificio que parece que está retorcido. Se puede ver desde bastante distancia y sirve como un pequeño punto de referencia.

Nos bajamos en la estación central de Malmö y en 5 minutos estábamos en la oficina de Hertz donde habíamos reservado un coche a través de autoeurope.com. El coche nos salió por 400€ los 8 días así que no nos podemos quejar. Después de realizar los papeleos oportunos en la oficina, nos dieron las llaves de un Volvo V70 (bastante más grande y cómodo que el que habíamos reservado) que recogimos en un parking cercano.

Tardé un poco en hacerme con el coche, desde la forma de arrancarlo, hasta la forma de de poner/quitar el freno de mano eran nuevas para mí, y eso que en Noruega llevamos un V50 que debería haber sido parecido.

Salimos de Malmö rumbo a Copenhague otra vez. Tardamos bastante en encontrar el camino ya que no está demasiado bien indicado pero, una vez que lo encuentras no tiene pérdida. Hay que atravesar el puente de Oresund (o ir con un ferry) de vuelta. El puente, que cruzamos a las 10:30 me pareció bonito y muy curioso, hay una zona sobre el agua y luego una zona bajo el agua, en el lado danés. Se puede pagar en euros (40€), coronas danesas (295 DKK) o coronas suevas (360 SEK).

Al atravesar el puente nos dirigimos a Roskilde, donde están enterrados los reyes daneses y donde hay un bonito museo vikingo. El viaje no es muy corto a pesar de que la distancia no es mucha porque hay bastante tramo con rotondas y semáforos. Según llegamos aparcamos junto a la catedral y echamos un vistazo rápido (está incluido con la Copenhague Card) a las tumbas de los reyes. Entre los ilustres enterrados en la catedral está Harald Bluetooth (que daría nombre al protocolo Bluetooth 802.15).

De ahí fuimos al museo donde no pudimos montar en el barco vikingo que te da una vuelta por la zona porque los billetes que quedaban eran para bastante más tarde y la agenda estaba un tanto apretada. Sí nos montamos en una réplica que tienen construida para sacarnos las típicas fotos, y vimos el museo, con los restos de los barcos, la zona de exposición, etc. Está chulo pero me gustó más el de Oslo.

Y sin más que hacer en Roskilde cogimos el coche y pusimos rumbo a los acantilados blancos de Mon, Mon Klint. El paseo en coche es largo, y el GPS nos iba a jugar una mala pasada... siempre nos hace alguna pero bueno, al final se llega. Nos llevó por algunas carreteras maluchas buscando la ruta más corta, y luego la batería del móvil se quedó tiritando (y nos faltaba todavía el tramo de carretera más largo del viaje). Conseguimos llegar al centro de visitantes tras dar bastantes vueltas (ibamos un poco a ciegas siguiendo los carteles que nuevamente no eran demasiados). La niebla que había en la zona era impresionante. No se veía nada, por lo que las vistas no fueron todo lo espectaculares que son, y aún así merecieron la pena. Aprovecho para agradecer a la gente del centro de visitantes que nos puso a cargar el móvil en su mostrador.

Bajamos los trescientos y pico de escalones que hay hasta la orilla en medio de una niebla considerable. No pudimos pasar a la orilla porque la marea ya estaba alta y tampoco queríamos arriesgarnos a mojarnos demasiado. Comimos eso sí a base de sandwich que habíamos comprado en un 7 eleven de Copenhague con las vistas del agua y la cima de los acantilados oculta por la niebla. Una imagen bonita.

A nuestro regreso el móvil ya tenía un 70% de bateria por lo que sin abusar del GPS que se la come, desandubimos el camino para llegar otra vez muy cerca de Roskilde, camino de Arhus. Es una etapa del viaje de la que sólo merece la pena mencionar el segundo puente que atravesamos, el Storebaelt, que es practicamente tan largo como el de Oresund (y casi tan caro, 220 DKK o 31€) y que cruzamos a las 18:20. A mi me gusto más este puente que el otro, puede que al verlo con más luz me llevara una mejor imagen.

Y por fin, después de un buen rato a las 20h llegamos a Arhus. No vimos nada esa noche, aparcamos cerca del hotel y aprovechamos que era tarde y fin de semana para no pagar, que el aparcamiento es algo muuuy caro. Hicimos el check-in y subimos a las habitaciones. El hotel era de la misma cadena que el de Copenhague, el Cabinn Arhus. Teniamos vistas a los canales.

Después de dar una rápida vuelta por las inmediaciones del hotel, ya que para variar, había empezado a llover, elegimos un mexicano y la verdad es que salimos bastante decepcionados no sólo por la comida que toda tenía el mismo sabor, sino por el servicio que fue bastante malo. Por eso decidimos compensarnos a nosotros mismos entrando en un 7 eleven y comprando una tarrina grande de Ben&Jerry que comimos a cucharazos en la habitación!

Habíamos hecho 600km con el coche y no habíamos parado mucho allí donde había algo que ver, así que estábamos bastante cansados. Nos fuimos a la cama con la mirada puesta en la punta de Dinamarca, la zona de Skagen.

Las instantaneas:


Así es el puente desde el aire








Así son los acantilados con buen tiempo


Vista del puente desde tierra en un dia claro